La Asociación Amigos de Écija (1979-2019):

40 años dedicados a la cultura y a la protección del patrimonio ecijano

El 7 de abril de 2019, Amigos de Écija cumplió su cuarenta aniversario como abanderada de la cultura y de la protección patrimonial en la ciudad de Écija. Esta asociación cuenta con una sólida presencia en la sociedad astigitana desde sus inicios en 1979, y cuatro décadas después pervive movida por el mismo espíritu emprendedor.

El pasado mes de abril también celebramos los cuarenta años de nuestros ayuntamientos democráticos. Dentro de este contexto de administraciones y corporaciones locales, el recorrido existencial de Amigos de Écija arroja luz sobre un ángulo ajeno a los dominios políticos, si bien encuadrado dentro de las intervenciones provenientes de los colectivos civiles, motores indispensables en términos socioculturales dentro del devenir y crecimiento de cualquier localidad democrática contemporánea.

En esta breve reseña esbozaré el andamiaje subyacente en la razón de ser de Amigos de Écija. Para ello me remontaré hasta la década de los sesenta del pasado siglo a fin de trazar sus orígenes larvados en el Teleclub de Écija. Tras esos prolegómenos, abordaré la trayectoria de la asociación y su papel dentro de las fuerzas vivas culturales de la ciudad de Écija desde el plano de la sociedad civil.

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El Teleclub de Écija comenzó su andadura en la década de 1960. Lo componía un grupo de jóvenes ecijanos movidos por la inquietud de conformar un centro cultural donde reunirse y desde el que intervenir en la vida y desarrollo de su ciudad, con la que se sentían plenamente comprometidos.
La pulsión lúdica y cultural de aquellos muchachos no dejaba de bullir en una época complicada para dichos menesteres. El ojo avizor de las autoridades se mantenía siempre atento a las muchas iniciativas en que se embarcaban. Hay que tener en cuenta que, aun tratándose de unos jóvenes, el paso del tiempo los dotó de voz a través de un medio escrito propio, DRAGO: Órgano informativo del Teleclub de Écija. Además, integrantes del Teleclub conformaron el equivalente a una plataforma de periodistas aficionados que se dio en llamar «Equipo Corresponsal Astigi». Aparte de nutrir su propia publicación con diversos contenidos, también enviaban artículos a periódicos de ámbito regional e incluso nacional.


Exposición de pinturas en el Teleclub de Écija, septiembre 1971

 

El carácter reivindicativo e inconformista de los componentes del Teleclub los llevó a presentar denuncias ante su Ayuntamiento por diversas actuaciones que atentaban contra el patrimonio artístico y arquitectónico de la ciudad. Ante este tipo de protestas, cierto sector de la población definió el Teleclub como «un nido de rojos», dada su aparente subversión de los órdenes establecidos. A pesar de ello, la entidad fue ganando prestigio como centro cultural, además de hacerse con la simpatía de los ciudadanos y, a la postre, de las autoridades locales.

Por último, a medida que se promediaba la década de los 70 y se seguía avanzando en ella, la sede del Teleclub acogió mítines de partidos políticos y encuentros de foros democráticos que prendieron en las voluntades de aquellos jóvenes y de otros de su localidad. Estas nuevas tendencias y ocupaciones supusieron el comienzo del fin del Teleclub, hasta acarrear su eventual disolución.


Acto en el salón del Teleclub

 

Los fundadores y componentes del centro cultural tomaron rumbos distintos dentro del panorama ecijano. Algunos se incorporaron a la política activa y formaron parte del primer Ayuntamiento Constitucional de Écija; otros ingresaron en cooperativas de trabajadores y en ocupaciones diversas. Hubo, no obstante, una facción de aquellos primeros jóvenes (entre ellos Juan Méndez Varo y Rafael Grande Pérez, aún en activo) que, junto a otros ecijanos, siguió apostando por la cultura y por la conciencia patrimonial mediante la fundación de una asociación independiente: la Asociación Amigos de Écija.

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Amigos de Écija fue constituida oficialmente el 7 de abril de 1979, tan solo cuatro días después de las primeras elecciones locales democráticas convocadas en España. La contigüidad de estas fechas evidencia la necesidad de ser de la recién nacida asociación, en un tiempo en que las voces democráticas se adelantaban para hacerse oír.
En esta primera etapa en que la política activa pasa al frente, Amigos de Écija practicará otro tipo de política basada en la intervención a partir de actividades culturales y encaminadas a la protección del patrimonio local. Estas señas de identidad la definirán desde sus inicios y han sido sus sillares de apoyo hasta el día de hoy, cada piedra con la palabra «Écija» tallada en sus seis caras.


Presentación del “Repertorio Bibliográfico de Écija”, recopilado por Juan Méndez Varo

 

Desde sus albores, la asociación gozó de una buena sintonía con el Ayuntamiento astigitano. Prueba de ello es que, cuando la Fundación de los Marqueses de Peñaflor realizó la cesión en precario del palacio homónimo al consistorio para fines culturales, D. Enrique Martín Martín, alcalde de la transición, no dudó en ofrecer parte de las dependencias para que Amigos de Écija ubicase allí su secretaría, dispusiera de un almacén y celebrara encuentros y exposiciones.

Tal era, y sigue siendo, el número y envergadura de actos convocados por la asociación y su influencia en la sociedad ecijana que a comienzos de los años 80 ABC aludió a ella como «el otro Ayuntamiento». Verdaderamente, la asociación cubría esa necesidad cultural que no siempre era atendida por el consistorio con la mayor solvencia y eficacia. Por ello, hubo algún momento en que llegó a ser malinterpretada, despertando infundados recelos en determinadas corporaciones que sospecharon de posibles aspiraciones políticas por parte de la asociación, algo que la convertiría en potencial adversaria. El discurrir del tiempo mitigó las suspicacias y dejó clara la verdadera vocación de Amigos de Écija.

Sería imposible abarcar en este breve artículo cada actividad y acto celebrado por Amigos de Écija a lo largo de cuatro décadas. Hablamos de centenares de conferencias, conciertos, publicaciones, presentaciones de libros, conmemoraciones de efemérides, reivindicaciones de entidades y personajes ecijanos, así como de personas contemporáneas que contribuyen al crecimiento de nuestro patrimonio.

Sí reseñaré, de manera muy escueta y como botón de muestra, dos de sus intervenciones principales, ilustradoras de la labor incansable de una asociación encaminada hacia la defensa, preservación y difusión de nuestro patrimonio, además de al fortalecimiento de la cultura en la localidad astigitana.


Jornadas de Protección del Patrimonio

 

Una de ellas son las Jornadas de Protección del Patrimonio Histórico de Écija, dirigidas por Antonio Martín Pradas, con la colaboración de Inmaculada Carrasco Gómez. El patrimonio de una ciudad, de una región o de una nación cuenta con componentes materiales e inmateriales que se interconectan para vertebrar nuestro entorno más inmediato, informándonos de cuál ha sido nuestro pasado, ayudándonos a interpretar el diálogo no siempre cómodo y evidente que entabla con el momento actual y apuntando hacia maneras de coexistencia o, al menos, de convivencia en el futuro. A través de sus Jornadas de Patrimonio, y de los artículos incluidos en las actas que de ellas emanan, Amigos de Écija quiere aproximarse a la médula de su ciudad desde la óptica de distintos elementos patrimoniales, tratados como ejes temáticos en las sucesivas ediciones de las Jornadas.

Premios de Patrimonio

 

Otra de sus señas son los Premios en Defensa del Patrimonio Histórico Artístico «Amigos de Écija», de los cuales se celebró su vigésima edición el pasado mes de enero. Este acto es uno de los que mayor repercusión tiene en la ciudad de cuantos convoca la asociación. Su éxito se debe a la manera en que, año tras año, reúne a un gran número de personas y entidades que conforman el tejido vital, empresarial, artístico, cultural y patrimonial ecijano e incluso provincial. Durante dos décadas en las que nunca han faltado Fernando Martín Sanjuán y José Luis Jiménez Sánchez-Malo como miembros del jurado, la asociación ha convocado estos premios para reflexionar sobre las actuaciones que se llevaron a cabo, o no, sobre el patrimonio de la localidad, en cualquiera de sus múltiples manifestaciones durante el año recién transcurrido. Con este fin, se destacan aquellas intervenciones que, por su trascendencia o buen hacer, incrementan, protegen y preservan o enriquecen el patrimonio local ecijano en sus vertientes tangible e intangible. Asimismo, también se abordan las denuncias oportunas sobre las que la asociación ha hecho hincapié en ese año.

Esto nos conduce a uno de los frentes desde los que la Asociación Amigos de Écija se hace más visible: las denuncias que ha llevado a cabo desde sus inicios con referencia a todo aquello que atente contra el patrimonio ecijano. Esta es su cara más crítica, reivindicativa y, por tanto, menos amable, aunque imprescindible para la justa protección de un legado patrimonial tan importante como el heredado por los ecijanos y ecijanas.

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Empecé diciendo que este compromiso reivindicativo de la sociedad civil al servicio del patrimonio, este afán de fomentar y compartir el crecimiento cultural, estas ganas de construir Écija, ya latían en el Teleclub, agrupación cultural primigenia nacida cuando se adumbraban cambios de apertura democrática en la sociedad ecijana y en toda España, y que transmitió sus genes a su descendiente: la Asociación Amigos de Écija.

A lo largo de su existencia, Amigos de Écija se ha topado con lastres y dificultades. No cuenta con potencial económico ni tiene capacidad de decisión o actuación administrativa. No la caracteriza ningún interés partidista que, en determinado momento, pudiera emplear como moneda de cambio. Sin embargo, el paso de los años, unido al trabajo continuado, tenaz, y a una fuerte dosis de ilusión, ha dotado a Amigos de Écija de una voz y de una presencia social, mediática y cultural destacadas.
Nuestra única política durante cuatro décadas, velar por el patrimonio ecijano y por todo aquello que encierra el complejo entramado histórico, sociocultural y, sobre todo, humano que articula nuestra identidad como ciudad milenaria que habita el presente.

Encuentro de los ocho presidentes de Amigos de Écija, con motivo de la celebración de su 40 aniversario

 

Juan Jesús Aguilar Osuna
Presidente de la Asociación Amigos de Écija